Un grupo de afganos sigue un combate de perdices, conocido como Kowk Jangi en un parque de Kabul. El fotógrafo Daniel Berehulak ha usado la aplicación 645 Pro para iPhone para realizar este reportaje.
El Kowk es una pelea entre dos perdices. Los combates se suelen producir en las mañanas de los viernes, en sesiones cortas. El ave vence el combate cuando lo decretan los árbitros, su dueño la retira de la pelea o cuando mata a su rival, algo que sucede con poca frecuencia, ya que son muy caras de mantener. Cada uno de los dueños sostiene una jaula de mimbre, que lanza sobre su animal cuando está en riesgo.
El público asistente a los combates suele apostar por una de las aves, el gran aliciente del Kowk Jangi.
Un grupo de afganos espera el inicio de una pelea de perros en Kabul. Prohibida durante el régimen de los talibán, esta costumbre ha resurgido en los últimos tiempos.
Dos hombres sostienen a uno de los perros antes de iniciarse el combate. En la mayoría de los combates participan mastines autóctonos.
Dos perros pelean durante un combate en Kabul. Los dos contendientes son separados por los árbitros usando un palo o lanzándoles un cubo de agua. Al contrario que en otros países limítrofes, en Afganistán la lucha no suele llegar a la muerte del animal.
La guerra sigue siendo la protagonista en Afganistán. Con la retirada paulatina de las fuerzas extranjeras, el Ejército afgano tendrá que aumentar su presencia en gran del territorio. En la imagen, oficiales del Ejército afgano siguen la instrucción militar por parte de militares canadienses y franceses.
Soldados afganos, franceses y canadienses participan en un ejercicio de instrucción en el Centro de Entrenamiento Militar de Kabul.
Un soldado afgano se prepara para dar fuego de cobertura con una ametralladora M-40 durante un ejercicio de entrenamiento en Kabul. El Ejército afgano cuenta en la actualidad con unos 195.000 soldados.
El Ejército afgano ha perdido un tercio de sus efectivos el último año, debido a las deserciones, las presiones de los talibanes hacia los nuevos reclutas y las exigencias para alistarse y así impedir la infiltración de la insurgencia entre sus filas.
El policía M. Jawad, de 21 años, perdió sus dos piernas hace un año por un ataque talibán con un artefacto improvisado. Jawad acude a diario al centro ortopédico que mantiene la Cruz Roja Internacional en Kabul.
Malik Jan, de 60 años, perdió su pierna cuando pisó una mina cerca de Bagram. El centro de la Cruz Roja mantiene un programa de educación y rehabilitación de víctimas, que incluye microcréditos para la inserción laboral. Este centro ha registrado en sus 25 años de existencia 57.000 pacientes en Kabul y otros 114.000 en los otros centros que tiene distribuidos por el país.
Un grupo de amputados practica con sus prótesis en el centro de la Cruz Roja en Kabul.